sábado, 10 de marzo de 2007

Sociedad y tecnología en el siglo XXI

Durante el transcurso de la exposición de la última clase de Periodismo en la red se analizó cómo la tecnología constituye actualmente un campo imprescindible de la sociedad y ha ido adquiriendo consecutivamente mayor relevancia hasta, incluso, dar lugar a tres ideologías distintas centradas en ella.

En primer lugar, la que recibe el nombre de paradigma central, que considera la tecnología un gran poder que condiciona cualquier progreso social. Frente a ella se encuentra el movimiento antitecnológico o ludismo, una postura que rechaza cualquier tipo de progreso ya que sólo entorpece y debe desaparecer. En una posición más intermedia estaría el tecnorrealismo, que analiza críticamente el papel que juega la tecnología y sus distintas facetas en la evolución humana cuyos aspectos, tanto positivos como negativos, deben ser tenidos en cuenta a la hora de abordar su estudio y aplicaciones.

Por lo tanto, la tecnología se constituye como un gran reto para el conjunto de la sociedad, aparece asentada bajo la forma de aparatos y servicios cuya presencia nos resulta del todo necesaria en la vida cotidiana y, consecutivamente, configura lo que se ha llegado a denominar como “una nueva comunidad basada en la Red”.

Sin embargo la evolución tecnológica no se da por igual en todo el mundo y en el caso de España, como refleja el Informe eEspaña 2006 de la Fundación Francetelecom, se evidencia esa desigualdad. Aunque sí se puede apreciar una mejora respecto al año anterior en el estado de la Sociedad de Información, ésta no se da de forma equilibrada. Mientras que el número de internautas avanza lentamente, la administración incrementa día a día su relación con las empresas y no con los ciudadanos, y la telefonía móvil se consolida como sector principal con el 100% de penetración. En el ámbito internacional, este contraste perjudica hasta el punto de situar a España entre los países más atrasados ubicándose por detrás de otros como Alemania, Grecia y Luxemburgo.

Junto al análisis de estos datos, hay que considerar el ritmo al que se desarrollan los nuevos servicios. Un ejemplo de esto es el vídeo sobre la web que tuvimos la ocasión de ver durante la clase. En él, se reflejaban las facilidades de las que disponemos: cómo a partir de una sola palabra, se puede llegar a múltiples servicios de una forma antes inimaginable. Por lo tanto, la tecnología y su evolución se han convertido en una forma de analizar el grado de desarrollo de una sociedad y de su bienestar de forma que su tratamiento y adecuación a las comunidades debe ser una prioridad. Es esencial que sociedad y tecnología se equilibren para lograr beneficios, pero para ello son necesarios cambios que permitan una evolución de todos los países por igual. Un punto de partida podría ser facilitar aún más el acceso tecnológico a todos los sectores, incluidos, por ejemplo, la tercera edad; o, también, incrementar los fondos de investigación. Quizá de esta forma se alcanzaría el máximo rendimiento a una tecnología que es el futuro y la solución a grandes problemas de la humanidad.







No hay comentarios: